#ZombisLaborales


Cuando enferma el espíritu debes abrir bien los ojos, no hay paracetamol para esos males. Puedes saber dónde empieza, pero no como se para y es que en estos momentos donde el trabajo equipo está a la orden del día... ellos se camuflan bajo un cv de siniestralidad, la situación se infecta y como un látigo te azota en el lumbar, alrededor del cuello y si te descuidas entre tus tiernas… aptitudes.

No son "gente tóxica" son mucho peor. No son caminantes, estos no se levantan hasta que suena la campana. Tampoco muerden, les supondría un esfuerzo que ni está en su contrato, ni “me pagan por ello”

Aplica perspectiva y verás que hay vacuna, son recuperables, sin haberlo contrastado con científicos norteamericanos puedo asegurarte que ilusión, creatividad y alguna que otra charla puede funcionar pero:

“Los éxitos más grandes no son los que hacen más ruido, sino nuestras horas más silenciosas”
Nietzsche

Con esto no quiero convencerte de practicar la “Guerra Fría” al compañero #Zombi él se arrastra por una sombra de fracasos pintados de falsos éxitos. Tema a tener en cuenta que las charlas deben ser llevadas por la senda de la construcción, el entendimiento de cómo hacer para que cada amanecer sea un abrazo a nuevos proyectos un beso a los retos que hoy nos presentará el día, la jornada #laboral.

En tu contrato no se incluye salvar a nadie de deambular esperando a ser despedido o apartado por bajo rendimiento sellando una depresión profunda, pero en el contrato contigo misma si aparece la necesidad de ser mejor y ayudar para conseguir ese mismo objetivo (de lo contrario no creo que leyeras estas líneas). Piensa que hoy llegarás a tu vida con repostería de felicidad y ellos no, es el motivo más grande para que nuestro trabajo vista un espíritu positivo, tener fe en las personas, en nosotros mismos, llevar en la cabeza escrita la verdad de que es posible, pero aún más y mejor es tenerla escrita en el corazón.

Ellos son #ZombisLaborales y es hora de dar un giro al guión. Te toca a ti, me toca a mí correr tras ellos para morderles y contagiar la fe, hoy no vale morir, aún no, queda un largo camino sembrado de bizcochitos rellenos de membrillo.

¿Lo hacemos?

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