Quiero ser tu


Quiero ser tu… cuando te levantas boca abajo y buscas el móvil, cuando entres en la ducha pensando en el agua caliente, cuando mires el labio antes de hidratarlo, cuando esta vez decidas fingirlo, cuando mueras para sentirte ave y fénix al renacer. 

Y como en una película me estrello con el contenido fuerte al inicio para que te quedes, para que te embarques, para que embauques el motivo del centro desde eso que ríes siendo la protagonista, la del pasado, la de preferente y la de “no tengo un puto duro”. Quiero ser tu. Seas la protagonista o acabes con ella. En la búsqueda de un agravio por mayoría de edad. 

Quiero ser tu… para que me compres sin hacerte ninguna falta, para que enciendas la calefacción al son de gafas negras en paquetes vacíos, para mandar flores en el día de vuestro aniversario, para hacer un doble click muerta de celos por haber llegado antes el martes que vuestro domingo. 

Te ofrezco un cambio, me quito dos dientes, dos que me sobran, no los utilizo nunca, solo cuando quiero ser tu, por lo que te ofrezco esos dos dientes y tu, tu, tu te quieres, te deseas, te tocas desde el labio hidratado, no buscas mas que lo que no sabes pues voy a darte dos dientes a Cambio de que tu, solo por hoy, me dejes ser tu.

Compro un Cambio por dos dientes, uno es de oro y el otro de cuarzo. Para revalorizar las horas, esas que nunca mas volverán, esas que pasaron queriendo vivir otra vida en exclusiva por las narrias, esas que solo se cuelgan los perros cuando te dicen que ya no les quieres, esas que no necesitas pues con mis dos dientes te sobrarán tantas riquezas que con dos naranjas y una manzana te habrás alimentado para construir el Cambio que siempre has querido. 

Vale, lo admito. Quiero ser envidiado, quiero ser admirado, quiero que me miren las piernas cuando me agache a por un bolígrafo torpemente caído desde esa ventana que asoma una mesa, quiero que mis glúteos sean formalmente deseados pues si corro 5km diarios (haz click aquí para confirmarlo, pero vuelve al blog!) no es por mas que para alcanzar ese estar que tienen, el izquierdo y el derecho, desde que suben hasta que bajan, quiero y quiero, quiero que me miren el pecho cuando estornudo, cuando pido un favor o cuando propongo una cena. 

Quiero construir fantasías al decir “hola” quiero ser el protagonista de las conversaciones cuando llega primavera y vistes como lo haces, con esas faldas, con esos tacones, sacándome la cabeza en medio de una jerga bestial. Quiero que el becario crea que voy a violarlo, quiero que su madre se encienda cada vez que le hable de ti, quiero que al ver mi nombre en sus teléfonos cada una de sus fantasías cobre vida independientemente de España. 

Lo es, es una salvajada. Tendría que arrancarte la ropa, travestir mis principios y arrasar en Adolfo Dominguez. 

Deseo tanto serlo, deseo tanto tenerte dentro de mí. Que mañana me levantaré enviándote este post por carta, carta de otra forma es imposible. Tu nunca tendrías cabida en un menú, en un cartel, en una cartelera, pues tu sitio está en todos y cada uno de los sueños de ellos, eres un sueño único para dominarlos a todos. Soñar no tendría lugar si tu no estuvieras en tu cama, en la suya, en la del otro, en la de todos quienes se hechizan exprimiendo el último de tus olores, el momento, la tarde, el retraso, su contacto, la noche, la Macedonia, las palomitas, todas y cada una de esas que se hacen esos en fragmentos subliminales que en vez de leerlo entre lineas, se hace entre tus piernas. 

Me infundo en el anhelo, en el camino hecho carretera, en la conducción de mayores por el sendero de la libertad, en el disfraz que fue un intento, en el mar de placer que encauza la victoria de lograrlo. El deshacerse, lo hago leyendo papeles, impresos en palabras, vendidos si, vendidos. Hago todo eso de querer ser tu, pero sin que pase de moda, sin que alcance el hito en un mordisco. El latigazo que sufre el chico en la mesa de al lado mientras su novia me mira al ritmo en que te escribo. 

Quiero ser capaz de todo lo que cito en este post, quiero sobretodo dar sentido a las camisetas compradas en Zara para ser visto como tu lo eres, así que recuerda mis dos dientes, mi infinidad de deseos, mi oscura capacidad de apartarme cuando no debo, pero sobretodo recuerda que quiero ser; envidiado, admirado, que me miren las piernas, que deseen sostener mis glúteos, que anhelen vivir conmigo el resto de sus vidas (esta y las que vendrán).

Quiero ser infinito, quiero ser capaz, quiero ser la mejor, quiero ser insostenible, quiero ser inaguantable, quiero ser insultada por la envidia provocada siendo esa magistral obra de ingeniería emocional, quiero no tener presupuesto para tenerme, quiero ser sobretodo y por encima de todos el sueño de todos y de todas...

Y para vivirlo…

…quiero ser tu